La comunidad Incels hace referencia a un conjunto de personas, en su mayoría hombres heterosexuales, que practican un celibato involuntario o no deseado, y que se consideran incapaces de mantener relaciones sexuales y afectivas a pesar de desearlas.
Esta comunidad se ha venido estudiando como un movimiento ideológico que se ha proliferado con los años, al punto de afectar la construcción de nuevas masculinidades. La culpabilización externa, la misoginia y la radicalización de sus sistemas de creencias componen la subcultura iIcels. Esta es promovida, en su mayoría, desde el anonimato y a la distancia de un clic, pero con efectos cercanos y profundos en la identidad masculina.
Los inicios de este movimiento ideológico se remontan al año 1997. Una joven llamada Alana decidió crear un sitio web que incluyera temáticas de género y sexualidad. Su objetivo era que se convirtiera en un espacio en línea de apoyo. Allí, los miembros podían compartir sus frustraciones sobre el sexo, las relaciones de pareja y el rechazo afectivo.
Con el paso de los años, los valores fundacionales del movimiento se fueron perdiendo en medio de la búsqueda constante del placer y la desconexión emocional en torno a la sexualidad.

Foto: Netflix
La misoginia en el discurso Incels
Los actos violentos de esta comunidad se dirigen principalmente a las mujeres. Según sus miembros, el género femenino es responsable de sus frustraciones y de su incapacidad para mantener relaciones sexo-afectivas.
Un estudio de la Comisión Europea (2021) señala que “el ecosistema en línea de los incels contiene contenido misógino y violento, con miembros que celebran la violencia contra las mujeres y ataques a nivel societal. Como movimiento, poseen cierta superposición ideológica con el extremismo violento, como el antifeminismo y el conservadurismo social.”
La culpabilización externa de los incels se dirige a las mujeres. También a los hombres que consideran físicamente atractivos. Ellos se perciben como inferiores en lo económico, biológico y genético. Creen que el aspecto físico y el estatus social determinan el acceso a las relaciones sexuales.
La susceptibilidad al rechazo y la falta de validación de su emocionalidad han incrementado la ira. Esto ha llevado a algunos a cometer atentados suicidas o a atentar contra su propia vida.Como muestra de ello, en el año 2014 se registró un ataque a nivel social en Isla Vista, California, realizado por Elliot Rodger, quien asesinó 6 personas, hirió a 14 y luego tomó la decisión de suicidarse.
Mucho antes del ataque, Elliot había publicado un manifiesto titulado Mi mundo retorcido. En él expresaba su inconformismo con las jerarquías y estructuras sociales. También manifestaba su frustración por no poder atraer a las mujeres. (Se cree que el incelismo podría estar relacionado con casos de feminicidios. Conoce más en este artículo).
Este caso es un ejemplo de violencia masiva vinculada a los Incels y representa un motivo de preocupación que ha planteado interrogantes entre gobiernos y expertos sobre su relación con enfermedades mentales. La creciente ideología Incels ha tomado fuerza en muchos países, principalmente en Europa. En la gráfica se puede evideciar, la cual revela no solo una crisis de salud mental, sino también un riesgo creciente de que se consoliden ecosistemas ideológicos que afecten la seguridad pública al interior de los países.

Foto: Comisión Europea
Afecciones psicológicas y mentales
El aislamiento social y el sentimiento resultante de la desesperanza ha creado un entorno donde el suicidio y la ideación suicida sean visto como una respuesta comprensible al entorno y a la posición en la que están inmersos los Incels.
Un estudio científico reciente de la Universidad de Cambridge mencionó que, de 665 incels participantes del estudio, “el 95 % consideró que la ideología de la píldora negra era un reflejo preciso de su realidad. Alrededor del 68 % de los encuestados reportaron depresión, el 74 % experimentó ansiedad y el 40 % reportó un diagnóstico de autismo. De hecho, un grupo de incels se refiere a sí mismo como ‘mentalcels’, un tipo de incel que atribuye su condición a la enfermedad mental”.
La ideología fatalista y el sentimiento de no cumplir con los estándares que exige la hipergamia se asocian con la filosofía incel de la píldora negra. Esta sostiene que el éxito de una persona en las relaciones de pareja depende de su atractivo físico y de su posición económica. De este modo, se desconoce el rol de las características psicoafectivas que determinan el vínculo entre los seres humanos.
Las afectaciones en la cognición social de los miembros de esta comunidad aumentan la dificultad para interactuar y mantener relaciones íntimas. Por lo tanto, se generan distorsiones cognitivas que dan lugar a la radicalización del pensamiento, generalizaciones excesivas y falta de empatía, lo que puede culminar en actos violentos dirigidos hacia quienes los incels consideran un enemigo en común: mujeres y hombres atractivos.
¿Es posible reeducar la masculinidad desde la educación emocional?
Por supuesto que sí. Las conductas violentas y misóginas pueden revertirse por medio de psicoterapia y acompañamiento psicosocial. Sin embargo, la intervención clínica representa un desafío para los profesionales de la salud, ya que la ideología incel tiende a ser resistente, además de existir una desconfianza significativa hacia los servicios de salud mental.
Un estudio del año 2022, realizado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, señalaba que “a pesar del claro vínculo entre el incelismo y la depresión, solo la mitad de los 272 incels que respondieron a una encuesta en línea informaron haber probado alguna vez la terapia; 15 (6 %) informaron haberla encontrado beneficiosa. Aquellos que no habían probado la terapia la consideraron ‘una estafa’, ‘una pérdida de dinero’ e incapaz de arreglar los rasgos físicos”.
Es importante que los especialistas comprendan los problemas mentales y sociales que viven los incels. Estos suelen estar asociados a complejos de inferioridad, masculinidad tóxica, desigualdad de género, exclusión social y ausentismo familiar.
Se recomienda promover la alfabetización digital y la educación sexual. También es clave aplicar terapias con enfoque en el aprendizaje socioafectivo. Además, la terapia de apoyo puede ser útil. Permite discutir creencias, reconocer experiencias y explorar las emociones ligadas al incelismo.
Adicionalmente, se sugiere diseñar espacios alternativos de carácter online para que jóvenes y hombres puedan debatir de manera objetiva y consciente acerca de las relaciones afectivas, el rechazo y la vulnerabilidad.
Un ejemplo de intervención es la de Christian Mogensen del Centro para el Cuidado Digital de la Juventud en Dinamarca. Él juega videojuegos en línea con jóvenes y, a través del juego, construye una relación que facilita el diálogo sobre salud mental y masculinidad positiva. ¡Es momento de escuchar, acompañar y actuar para fortalecer nuevas masculinidades basadas en el respeto y la construcción de vínculos sanos!